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"Lo que no se ve"

La vida es un escenario al que salimos a diario a mostrarnos. Pero no de cualquier manera.

Es un espectáculo en el que interpretamos un papel, aquél que se espera de nosotros. Salimos, fingimos, interpretamos… y volvemos a nuestro refugio, sin aplausos. Tras una puerta que oculta lo que no se ve…. lo que no mostramos.

Lo que ocultamos tras una puerta cerrada es algo que no puede saberse. Se intuye, se sospecha, se asoma. Se apoya la oreja para intentar escuchar al otro lado… Pero lo oculto no se oye, no se palpa, no se ve. ¿Qué hay detrás de una puerta cerrada? Amor, ira, tristeza, alegría … Todo a la vez. ¿Quién lo sabe? ¿Quién nos conoce realmente?

 Nos camuflamos, encubriendo aquellos secretos que no queremos que nadie descubra, esa parte de nosotros que no debe enseñarse. Intentamos ocultar nuestros sentimientos, … pero nos olvidamos que nuestros ojos hablan. Guardamos silencio, cuando el silencio es el grito más poderoso que existe.

Nos mostramos en tímidos trazos pero ardiendo en rojo, valiente, fuerte, peligroso. Despuntamos azules confiados pero inseguros, libres y fríos, para luego envolver nuestra figura en un amarillo luminoso, vital, envidioso…celoso. Esquemáticos trazos reflejos de un secreto, un brazo aquí, la línea de una pierna allá, un torso retorcido en un escorzo imposible, una cabeza que no se atreve a mirar de frente o ni siquiera aparece. Trazos firmes que muestran a una persona valiente y fuerte, pero que está rota a la vez. 

Quizás somos más valientes, si no se nos ve la cara, porque es ahí donde se refleja “Lo que no se ve”.

Un cuadro puede ser engañoso y no dice toda la verdad, solo la tuya, espectador!!! Mira atrás, al lado, al fondo, comunícate con él, pregunta - pero no te asustes. 

Es la vida: mira atrás en la historia, fíjate en el fondo, comunícate, pregunta - pero no te asustes y sube al escenario...

Mercedes Hernández